Iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Horcajo de las Torres

La torre es, o mejor dicho era, junto a los restos del pórtico la único conservado de la primitiva fábrica de la iglesia que se puede datar en el siglo XII. En el siglo pasado se vino abajo afectando también al tramo de los pies del templo, incluida la techumbre de la nave central. Fue no hace muchos años cuando, en base a fotografías antiguas, se reconstruyó con el mismo aspecto que tenía en origen.

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La torre se levanta a los pies de la nave central. De planta cuadrada, consta de tres cuerpos. El inferior, que parece ser aprovecha la parte del primitivo que quedó en pie, está construido con cajeado de mampostería encintado con verdugadas de ladrillo, material con el que se refuerzan las esquinas, y se eleva hasta la altura de las cubiertas de la nave central. En el segundo cuerpo abren en cada lado dos vanos doblados en arco de medio sobre los que va un friso de esquinillas y reticulados. En el tercer cuerpo son cuatro vanos ciegos y reticulados los que se disponen en cada lado. La torre tuvo en su base una puerta de ladrillo en arco de medio punto que en una fotografía antigua aparece cegada, y que se ha restituido en la restauración.

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Junto a la torre, a los pies de la nave meridional hay un espacio cerrado con un muro al que se accede por una pequeña puerta y que permite observar en la fachada de los pies de la citada nave dos arcos cegados, uno en medio punto y otro rebajado. Desde aquí se puede pasar a la base de la torre.

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Al interior, la iglesia presenta planta basilical de tres naves, más ancha y alta la central, con crucero no acusado en planta y un coro moderno a los pies, cuyo espacio inferior se acristaló para utilizarlo como capilla.

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Separan las naves en cada lado dos grandes arcos formeros de ladrillo en medio punto. A la vista de los tres ventanales con derrame hacia la nave central que abren en las enjutas de los arcos meridionales, se puede afirmar que ambas naves se añadieron en momentos distintos. Según el libro de cuentas de 1773-75, en estos años se hizo un pago de 10.296 reales a Domingo Rodríguez, maestro de obras vecino de Fresno el Viejo por la construcción de la nave del mediodía, incluido todo lo necesario para la obra. Más difícil es concretar en que momento se cerró el pórtico y se incluyó su espacio en la nave norte.

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