Ermita de Nuestra Señora de la Cabeza de Ávila

La ermita de Nuestra Señora de la Cabeza se ubica al norte de la ciudad, extramuros, al igual que la cercana iglesia de San Martín. Parece ser que el que ambos templos tengan elementos mudéjares respondería a que este barrio tuvo en su momento una importante población morisca.

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Con primitiva advocación a San Bartolomé, fue parroquia hasta 1647, año en que se transformó en ermita. En su construcción se conjugan el románico de su cabecera con el mudéjar del cuerpo de naves. La cabecera consta de tres ábsides de granito, algo inusual en el románico abulense, exentos de elementos decorativos al exterior. En el interior incorpora el ladrillo en los arcos torales de las capillas. El cuerpo consta de tres naves separadas por arcos formeros doblados de ladrillo inscritos en alfiz.

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La portada meridional abre en arco doblado de medio punto en ladrillo encuadrado por una moldura a modo de alfiz. La clave del arco exterior la ocupa un crismón de mármol adornado con motivos vegetales. En el centro del remate de la portada se sitúa una hornacina. La portada occidental, actualmente cegada, tiene una estructura similar, con la diferencia de que sobre la misma se levanta una espadaña en lugar de un remate con hornacina. La iglesia se data en torno al año 1200, mientras que el cuerpo superior de la portada sur podría ser obra del siglo XVI.

A la derecha de la portada meridional abre un sepulcro de arcosolio en arco apuntado, enterramiento de Diego Dávila y Ana López.