La primera noticia documental sobre la localidad tierracampina de Mayorga data de 1126, cuando se la cita como “un poderoso bastión de vigilancia y defensa” en la cambiante frontera entre León y Castilla. Hacia 1181, durante el reinado de Fernando II de León, se produce una importante repoblación de la villa. Con su sucesor, Alfonso IX, la situación fronteriza de Mayorga hace que siga teniendo importancia debido a las continuas luchas entre reinos. En 1211 se produce la segunda repoblación de la villa. De que su población debía de ser notable da fe el hecho de que a mediados del siglo XIII contara con quince iglesias. El siglo XIV marca una importante decadencia de la villa unida a la pérdida de su condición de realengo. A finales de siglo era señor de la villa Fernando de Antequera, pasando después a su hijo Juan, y a los Pimentel en 1429-30.
No sería descabellado otorgar a Mayorga el nada honroso título de ser la localidad vallisoletana que mayor número de elementos patrimoniales ha perdido, ya que de sus antiguas iglesias únicamente se conservan tres, más la actual parroquial de construcción más reciente. Las tres comparten ciertas características como la cabecera en forma de ábside semicircular de mampostería y tapial con cubierta interior de madera, naves separadas por arcos apuntados, también con cubiertas lígneas, portadas laterales, dos de ellas con arcos túmidos, y torres que se levantan en el lado sur de la cabecera. Además de las iglesias, se conserva una de las portadas del recinto fortificado que rodeaba la villa, un rollo de justicia renacentista, y el que está considerado como buzón de Correos más antiguo de España, ubicado en la fachada de una casa particular de la calle Derecha.
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