Monasterio de San Antonio el Real de Segovia

La fachada del Monasterio se adosa en ángulo de 90 grados al hastial de la iglesia, a cuya izquierda se encuentra la portada de acceso al interior. Realizada en 1488, su autoría es discutida, ya que un grupo de estudiosos la atribuyen a Juan Guás, mientras que otros la hacen obra de Enrique Egas. La portada cierra en arco carpanel. Sobre éste otro conopial debajo de un tercero trilobulado, todos decorados con hojarascas y motivos animales. Un Calvario ocupa el tímpano que se forma entre el arco carpanel y el conopial. A ambos lados del vértice central del segundo dos medallones con cabezas masculina y femenina representando el Sol y la Luna. Por último, bajo el arco trilobulado, el escudo de armas de Enrique IV con su símbolo granadino. A la izquierda una puerta más pequeña da acceso al claustro de la Vicaria.

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Lo que realmente nos interesa aquí es el tejaroz que cubre todo el conjunto. De tipo alfarje, se sustenta sobre cuatro grandes ménsulas formadas por cuatro canes en vuelo progresivo terminados, el superior en forma aquillada y los tres inferiores lobulados con rollos. Una zapata sobre cada ménsula sirve de apoyo a la gran viga transversal sobre la que apea la armadura.

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Esta viga exterior divide el tejaroz en dos partes: la interior que queda entre el muro y la propia viga y una segunda que, a modo de alero, nace de la viga y vuela hacia el exterior.

En la parte interior las vigas menores, o jaldetas, apean en ambos lados directamente sobre canecillos lobulados. Así, junto con las jaldetas forman dos planos a diferente altura. Mientras que en el interior solamente aparece una fila de canecillos, en el vuelo exterior son dos las filas superpuestas. Las jaldetas llevan decoración incisa y de escamas en el papo.

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Cada una de las calles entre jaldetas está formada por dos plafones cuadrados sobre sus correspondientes saetinos intercalados entre tres piezas en relieve que llevan en su centro estrellas de ocho puntas rehundidas. El mismo motivo llevan los plafones que cierran los espacios entre canecillos, tanto en la parte interior como en el alero.

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La iglesia ocupa todo el largo de la panda norte del claustro. Siguiendo el modelo franciscano consta de nave única de cuatro tramos que en origen debía de cubrirse con techumbre de madera, sustituida en las amplias reformas de 1730 por bóvedas de cañón con lunetos, a la par que se recrecían los muros para permitir la entrada de luz por encima de las cubiertas del claustro. La nave queda unida, mediante un doble arco diafragma a un espacio lateral construido por las clarisas que es al que abre la portada de entrada.

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