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webmaster: José Antonio Tolosa (Zaragoza -España-) |
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IGLESIA DE LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA (UTEBO) |
Por supuesto que no podemos dejar de lado al tratar de esta torre de Utebo, el tema de la cerámica que la decora y que le confiere su belleza y singularidad, a la vez que le han valido el apelativo ya citado en la página primera de “campanario de los espejos”.
Toda esta cerámica es del tipo denominado de cuenca o arista y fue realizada en los talleres de Muel. Son doce los diseños de esta azulejería que se completan con dos variantes cromáticas de dos de ellos, lo que hace un total de catorce azulejos distintos que se aplicaron en la torre ocupando los cajeamientos que se hicieron en el ladrillo para su colocación. Aún hay que añadir los que componen la inscripción epigráfica en el friso de la cornisa de separación entre los dos cuerpos cuadrados, todos ellos numerados y distintos, de los que han desaparecido bastantes impidiendo una lectura completa del texto, tal y como ya se ha dicho en páginas anteriores. 2 Existe una clara diferencia en cuanto al número de azulejos y complejidad de sus motivos entre el cuerpo cuadrado y el octogonal. En el primero la cerámica es más abundante, de mayor cromatismo y de diseño más complicado, algo que ayuda a aligerar visualmente su pesada estructura a base de líneas más solidas y sin aberturas. Conforme gana altura, la torre se va calando y precisa menos azulejería, con diseño más sencillo debido a que la distancia no permite apreciar los detalles del dibujo. Además se tiende a la monocromía.
Los motivos desarrollados en los azulejos se pueden dividir en cuatro tipos: mudéjares, de transición, renacentistas y monocromos. De los mudéjares hay tres variantes, dos cuadradas y una rectangular, que desarrollan motivos utilizados en la decoración en ladrillo resaltado, yeserías y pintada en el interior de iglesias del XIV. (fotografías 2, 3 y 4) 5 Los de transición combinan los motivos geométricos de los anteriores con otros de tipo vegetal. (fotografías 5, 6 y 9) En los renacentistas prima ya casi exclusivamente la decoración vegetal (fotografías 7, 8 y 10) Por último, los del cuarto grupo tienen un diseño muy simple o completamente liso (fotografías 11 y 12)
En cuanto al tamaño, oscilan entre 210,25 centímetros cuadrados de superficie el mayor a 88,44 el menor, siendo los más abundantes los de aproximadamente 150. Aunque con el paso del tiempo los azulejos se han ido desprendiendo y recolocados desordenadamente, todavía es posible calcular su número de forma aproximada en 8.700, de los que 4.100 se desprendieron. En lo referente al color, excepto los monocromos de color verde, todos están coloreados por óxidos sobre una base blanca de óxido estannífero. Se utilizan colores blanco, de base, verde, en dos tonos, melado, azul y marrón oscuro de manganeso. 8 En su composición, todos los azulejos mantienen un esquema simétrico, bien respecto de un centro en los mudéjares, bien de un eje vertical o inclinado en los de transición y renacentistas. Este concepto de simetría central de los de tipo mudéjar es propio del concepto islámico de crecimiento indefinido, aunque en esta torre de Utebo, tal vez por pérdida, los únicos que quedan de este modelo no se disponen en paños, sino como cenefas enmarcando vanos. Los de transición precisan del concurso de más unidades para componer diseños complejos, algo que no sucede con los renacentistas que tienen en sí mismos unidad compositiva, aunque al combinarse pueden conseguir diseños variados.
Los de tipo mudéjar, muy escasos, se organizan en hileras o recuadros. De los de transición, dos de los modelos son los más abundantes en la torre, cubriendo fondos de arcos, vanos y rombos y ofreciendo una sensación de claridad extraordinaria. Los renacentistas, menos abundantes que los anteriores, se distribuyen por toda la torre, mientras que los monocromos se utilizan en el cuerpo octogonal con dibujo liso o en forma de rombo blanco entre dos sectores azul y verde. 11
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